Los peligros de usar ChatGPT en la práctica legal (y cómo evitarlos)

En los últimos años, los abogados hemos empezado a experimentar con la inteligencia artificial como una forma de ganar tiempo y simplificar tareas. Entre todas las herramientas, ChatGPT es la más conocida: responde consultas, redacta textos, resume documentos… parece tener una respuesta para todo.

Pero la práctica nos demuestra algo muy distinto: no todo lo que dice la IA es cierto. De hecho, cada vez más tribunales en EE. UU. y el Reino Unido han sancionado a abogados que presentaron escritos con citas inventadas por ChatGPT. Y eso no solo implica multas: también puede significar pérdida de credibilidad profesional.

Entonces surge la gran pregunta: ¿cómo aprovechar la IA en derecho sin correr estos riesgos?

Cuando la IA “alucina”: casos reales que llegaron a tribunales

El problema central de las herramientas genéricas de IA es que, aunque redactan con fluidez, pueden “alucinar” respuestas: inventar fallos, citas legales o hasta doctrinas inexistentes. En el día a día esto puede pasar desapercibido, pero en un juzgado es un error imperdonable.

Veamos algunos ejemplos concretos:

  • Nueva York (Caso Mata v. Avianca, 2023): un abogado presentó un escrito con jurisprudencia inventada por ChatGPT. El juez no solo desestimó el caso, sino que sancionó al letrado con 5.000 dólares de multa.
  • Alabama (2025): tres abogados del estudio Butler Snow fueron descalificados de un proceso por presentar precedentes inexistentes generados por IA. El juez calificó su conducta de “irresponsable en extremo”.
  • Reino Unido (2025): en un litigio multimillonario contra un banco, se descubrió que 18 de las 45 citas de jurisprudencia eran falsas. El Tribunal Supremo ha ordenado a los abogados de alto nivel que tomen medidas urgentes para evitar el uso indebido de la inteligencia artificial.

Y no son casos aislados. Un relevamiento reciente mostró que ya hay más de 120 incidentes en todo el mundo donde la IA generó citas ficticias en escritos judiciales.

¿Entonces no sirve la inteligencia artificial en derecho?

Lejos de eso. La IA tiene un potencial enorme para la profesión legal. El problema no está en la herramienta, sino en el uso que hacemos de ella.

Las plataformas genéricas como ChatGPT, Claude o Gemini fueron pensadas para resolver tareas de propósito general: redactar correos, resumir textos o armar borradores rápidos. Y en ese ámbito funcionan muy bien. Pero no fueron diseñadas para el derecho, y ahí aparecen los riesgos:

  • No distinguen entre normas vigentes y derogadas.
  • No verifican jurisprudencia real.
  • Pueden inventar doctrina o precedentes inexistentes.

Por eso, cada vez más despachos y profesionales buscan alternativas confiables: sistemas de IA especializados en el mundo jurídico.

El futuro ya está acá: IA hecha para abogados

En EE. UU., plataformas como Harvey o Lexis+ AI intentan cubrir ese vacío. Están entrenadas con bases legales y prometen reducir las alucinaciones. El problema es que suelen estar en inglés, enfocadas en normativa extranjera y con costos muy altos, pensados para grandes firmas.

En Latinoamérica, sin embargo, surgieron opciones adaptadas a nuestra práctica diaria. Y ahí aparece ArchivosYa, la primera herramienta integral de IA creada específicamente para abogados argentinos y de la región.

ArchivosYa: confiabilidad y practicidad para el ejercicio profesional

La diferencia principal de ArchivosYa frente a ChatGPT es clara: no es una IA genérica. Está entrenada con leyes y jurisprudencia reales de distintos fueros, y configurada para minimizar errores.

Lo que ofrece:

  • Asistentes Jurídicos por fuero: responden consultas con criterio legal, sin inventar.
  • Asistentes Auxiliares: redactan negaciones, extraen datos clave, comparan documentos, resumen fallos o doctrinas extensas, elaboran relaciones de causa y sumarios de jurisprudencia.
  • Buscador de Jurisprudencia potenciado con IA: entrenado con los tomos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y con jurisprudencia de múltiples fueros y jurisdicciones. Preciso, rápido y muy accesible.
  • Privacidad asegurada: los documentos no se comparten ni se usan para entrenar modelos externos.
  • Fácil de usar: funciona como un chat o buscador, sin necesidad de ser experto en tecnología.

Conclusión

La experiencia internacional demuestra que confiar ciegamente en herramientas como ChatGPT puede salir muy caro. Desde multas hasta sanciones éticas, el costo de una “alucinación” de la IA en un escrito judicial es demasiado alto para correr el riesgo.

La solución no es renunciar a la tecnología, sino elegir la correcta. Y ahí, las plataformas específicas para abogados hacen toda la diferencia.

Con ArchivosYa, los profesionales del derecho pueden aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial sin miedo a inventar jurisprudencia, y con la tranquilidad de que todo está pensado para nuestra práctica diaria.

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